miércoles, 18 de marzo de 2009

Sigue el debate, para formación de cuadros, ahora Mario Mazzitelli

Debate Político



Sobre apreciaciones de Norberto Galasso
Por Mario Mazzitelli - Sec.Gral. PSA en Mov.Proyecto Sur


En un interesante debate que se está dando entre “compañeros” con miradas distintas sobre la actitud frente al gobierno, intervine marginalmente a través de una nota “Disparen sobre Proyecto Sur” en la que expresé las tesis en pugna entre quienes adhieren al gobierno y quienes militamos en P. Sur. Aunque su circulación fue restringida Norberto Galasso, amigo y militante a quien respeto y aprecio, me halagó al mencionarme entre los participantes de dicho debate, entre los que destaco por nuestra parte al propio Pino Solanas, Alcira Argumedo y Luis Brunati.
Dado que dice no querer seguir el mismo, no aprovecharé la oportunidad para extenderme, sino para aclarar un concepto y mis palabras, ya que no digo lo que él me atribuye.
Un concepto.
Norberto sostiene que el gobierno no es el enemigo principal. En Proyecto Sur, compartimos el criterio. Bastaría observar los temas que hemos apoyado en el Congreso. Pero no dejaremos de criticar con fuerza aquellos temas en los que tenemos posiciones diametralmente opuestas. Tampoco dejaremos de hacerlo sobre una oposición que bajo el título de la “ética” y la “lucha contra la corrupción” encubre intenciones retrógradas. Estamos construyendo una alternativa política, social, cultural y programática al bipartidismo. Esa es nuestra tarea.
Ahora, sino es el “enemigo principal” ¿acaso es el secundario? Si fuera así se trataría de una alianza táctica con un gobierno poli clasista con rasgos antiimperialistas, hasta que desaparezca el otro polo –imperialismo-oligarquía-, momento en el cual desataríamos la pelea contra el primer sector. El planteo nos resulta inconsistente. Mientras gobierne este gobierno, siempre existirá el otro polo dado que son socios en múltiples negocios y no entra en su política terminar con esta situación. Bastaría observar que quieren entrar de nuevo al FMI-remozado-, viajar a Londres el 2 de abril próximo, recomponer las buenas relaciones con la Corona española y digamos, para sintetizar, mantener el statu-quo.
Mis palabras.
Dice Norberto: “Proyecto Sur -sostiene un militante honesto como Mario- construye el partido para hacer la revolución social". Creo haber dicho algo bien distinto. No hablé de “partido” que apenas resulta ser una estructura jurídico-política para concurrir a elecciones, ni tampoco de “Revolución Social” en abstracto. Dije si: Nosotros planteamos una revolución social, para erradicar el hambre, la desnutrición, la indigencia y la pobreza. Y sostenemos que recuperando las enormes rentas que el gobierno deja escapar al extranjero: petrolera, minera, financiera, deuda externa, comercio exterior, remesas de monopolios y oligopolios, de servicios públicos privatizados, fuga de capitales y otras, que en 2008 superaron con holgura los 30.000 millones de dólares; resultaría posible y sería justo y necesario realizar tal revolución. Y frente al “posibilismo local”, el “no se puede” y la “resignación”, contestamos con la experiencia concreta de quienes si se animan Bolivia, Venezuela y Ecuador entre otros.
Sostiene Norberto que yo dije lo que no dije, y vuelvo a aclarar. Según Mazzitelli “el imperialismo deja hacer al centroizquierda hoy, después en 2011 vendrá la centroderecha y así sucesivamente….. Este supuesto poder inmenso de los sectores dominantes previendo varios gobiernos y manejando a su gusto a todos los argentinos -menos a Proyecto Sur- me sorprende porque se sustenta en categorías liberales, como centroizquierda o centroderecha. Que utiliza Morales Solá y sus congéneres.”
Nada tengo que ver con Morales Solá, ni le atribuyo demasiado poder a los sectores dominantes -de hecho toda mi vida los enfrenté-, lo que dije en cambio es que: “El modelo de dominación pergeñado después de la dictadora militar supone un régimen bipartidista con una fuerza ubicada en el centro-izquierda y otra en el centro-derecha”. Y lo sostengo. No soy yo el que me manejo con categorías neoliberales. Son los que participan del festín del “poder-gobierno” –PJ y UCR entre otros- los que se brindan a este juego y del que se ven beneficiados de distintas formas. Esto resulta evidente y fácilmente demostrable. Ocurre que pone sobre el tapete una importante contradicción. Veamos: Se puede decir que el gobierno K es de centro-izquierda y que la derecha lo quiere desalojar. Si. Lo que realmente resulta insostenible es plantear que estamos en presencia de un gobierno anti-imperialista jugado por los explotados. La contradicción no asumida por la “izquierda nacional” es que esta apoyando a un gobierno de centro-izquierda perfectamente funcional al sistema de negocios organizado en los últimos 33 años de neo-liberalismo en la Argentina. Para demostrar esto bastaría observar quienes fueron los ganadores de ayer y quienes son los ganadores hoy. Nos encontraríamos con que básicamente son los mismos. Van desde el Citi hasta Cargill y desde Repsol a la Barrik, solo por dar algunos nombres. Sumo a esto que el oficialismo esta dejando espacios “nacionales y populares” tan descubiertos que el mismísimo progenitor de este gobierno fustiga el intento de pago al Club de París y lo corre por izquierda diciendo que pongamos nuestra deuda en la mesa de las quiebras globales.
Finalmente en el párrafo que me dedica Galasso plantea que “del ensamble de la cuestión nacional y la social nace un proyecto de Liberación Nacional en marcha hacia el socialismo”. Coincido. Aunque no veo cual es la asociación con este gobierno.
Quiero reafirmar que si nuestro punto de vista es cierto el actual oficialismo será reemplazado dentro del modelo de dominación frente al cual no solo no se rebela, sino que se subordina. Por eso no convoca a Proyecto Sur a unir fuerzas frente al “enemigo principal”, sino que apaciblemente va creando las condiciones para poner en escena la otra cara de la misma moneda.
Por último, deseo aclarar que siendo la vida mucho más rica que cualquier esquema y estando llena de elementos diversos, desde Proyecto Sur nunca tendremos el más mínimo pudor en respaldar una propuesta gubernamental que entendamos a favor del Pueblo y la Nación. Será algo particular, concreto. No queremos equivocarnos, los logros obtenidos en materia institucional, de derechos humanos, política exterior, como la incipiente industrialización liviana después del derrumbe de la convertibilidad, pertenecen mucho más al alto grado de movilización y lucha popular que a convicciones gubernamentales. Igual lo valoramos.
Más allá de estas cuestiones, de la actual administración heredaremos un capitalismo dependiente, periférico, subordinado, agro-mineral exportador, de fragmentación y exclusión social. Está muy lejos del Proyecto de Nación con justicia social, soberanía y democracia participativa al que aspiramos. Por eso seguiremos luchando, sin agravios ni sectarismos, aunque separando “la paja del trigo”. El gran objetivo requiere de una gran unidad popular. Pero no tan grande como para terminar yendo a donde no queremos ir.

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