miércoles, 11 de febrero de 2009

Foro Social VIII para formación

“Globalicemos la esperanza”

El balance del octavo Foro Social Mundial

Que culminó ayer tiene algunaslíneas claras y muchas señales de alerta. La crisis global, oportunidadinesperada para encauzar las luchas populares. La educación y laorganización. El trabajo por delante.Por Sandra Russo, Desde Belém do ParáOtro mundo es posible y ese otro mundo ya asomó la cabeza por la vulvaafiebrada de este planeta que puja que sobrevivir. En ese otro mundoneonato, incubado durante décadas en las entrañas de América latina, estoes, en la oscuridad de sus masas, en la organización de sus hijos másdébiles, habrá que repeler las frases hechas aunque vengan del vocabulariode la izquierda. ¿Cómo separar lo importante de lo anecdótico? ¿Cómo evitarque las recetas, los manuales, las fórmulas empañen el camino que debe abrircada pueblo? El balance de este octavo Foro Social Mundial (FSM) tienealgunas líneas claras y muchas señales de alerta que no son en absolutomenores. Las líneas claras, esbozadas de manera coincidente por los cincopresidentes de la región que participaron y por los participantes de milesde debates y paneles, rezan que el neoliberalismo fracasó, que dejó un mundono sólo globalizado sino también terminal. Que la crisis global es unaoportunidad inesperada y fabulosa para encauzar luchas que tienen historia,identidad, pueblo y principios detrás. Que la idea de Estados nacionalesinvisibles y políticamente serviles fue el felpudo en el que se limpió loszapatos el capital transnacional que ya se independizó de las respectivasburguesías. Que América latina no es un mero escenario exótico donde puedendesembarcar aún bienintencionadamente ideólogos del mundo central ypoderosas organizaciones no gubernamentales para reemplazar con suspropuestas el diseño de una emancipación que debe estar a cargo de susprotagonistas reales. Y que para eso, hay dos palabras que deben ser muchomás que palabras repetidas, que deben ser el punto de partida para que estavez América latina adquiera la forma que quieran darle los latinoamericanos:educación y organización.Este octavo FSM fue acaso el más esperanzador de todos. “Globalicemos laesperanza”, se grita por ahí. La esperanza es en efecto lo que alentó amiles y miles de movimientos sociales y organizaciones comunitarias paraseguir trabajando día a día y sin descanso durante una larga década decorriente en contra. Pero ahora la corriente está a favor, y el otro grito,“el pueblo unido jamás será vencido”, abre el primero de los interrogantesque deja este FSM: ni nuestros pueblos ni la izquierda en general secaracterizan por la unión o por su habilidad en encontrar consensos, sinopor su inquietante fascinación por los matices. Ahí está el primero de losgrandes desafíos que se abren: ser capaces de subordinar algunos criterios yobjetivos en pos de los grandes consensos que permitan a la región ponerseen valor en el mundo merced a sus increíbles riquezas y recursos.De los presidentes que participaron del FSM (nunca participó ninguno y estavez fueron cinco), Evo Morales fue el que lo dijo mejor: “Si yo estoy en lapresidencia de Bolivia, es gracias a ustedes, compañeros”. Lo dijo ante losmovimientos sociales y no se dirigía a un movimiento particular, sino a lasbases como motor y núcleo de sentido de su trabajo como presidente. El líderdel MST, los Sin Tierra brasileños, Joao Pedro Stedile, opinó que sólo enBolivia las masas ascendieron al poder, mientras en los restantes países degobiernos progresistas la política toma otros rumbos y oscila entresatisfacer a las bases y tranquilizar a las burguesías. En este sentido, eseotro mundo posible se verá obligado a repensar la política y a sacudirseprácticas clientelistas que obstruyen la construcción de ciudadanía. Sólohombres y mujeres convencidos de lo que defienden y en condiciones de actuaren consecuencia a sus ideas serán capaces de sostener a gobiernos que seanimen a cambios estructurales. Las roscas superestructurales pertenecen alViejo Mundo, en el que el poder no es fruto de la suma de voluntades sino deacuerdos que no siempre son confesables.La reivindicación unánime del Estado como agente de control, supervisión,intervención y equidad también requiere pensar profundamente qué rol lescabe a las organizaciones no gubernamentales, surgidas en un tiempo en elque los Estados eran maquetas escenográficas y la sociedad civil no podíadefenderse ni expresarse de otro modo. Muchas de ellas, generalmenteeuropeas, han hecho un trabajo magnífico y han financiado programas quemejoraron la situación de millones de personas en todo el continente. Peroen este nuevo contexto es necesario revisar el papel que les cabe, ya que eneste otro mundo posible los pueblos y sus gobiernos ya pueden entenderse sinintermediarios, y lo “no gubernamental”, que en otro tiempo implicabaautonomía de la manía neoliberal de una generación política, hoy requiereuna nueva lectura.El mercado quebró. Ya basta de obedecer a los que fracasaron. No salvemos alos bancos, salvemos a la gente. Lo económico y lo ambiental van de la mano.Soberanía latinoamericana sobre los recursos latinoamericanos. Una monedacomún. Un cambio ético. Lo colectivo por sobre lo individual. Toleranciacero al analfabetismo. Alerta roja ante los nuevos disfraces del capitaltransnacional, especialmente los vinculados con los monocultivos y lassemillas transgénicas. Socialismo del siglo XXI. Políticas de Estadoregionales. Cooperación en áreas estratégicas. Formación de cuadrospolíticos y sociales como reaseguro de un proyecto democrático y popular delargo alcance. Son sólo algunas de las certezas que deja este FSM. Los hitosen un camino plagado de obstáculos. El trabajo que tenemos por delante.Batería de accionesEl Foro Social Mundial (FSM) concluyó con una convocatoria a protestasglobales contra la guerra y en defensa del medio ambiente. En el acto declausura, celebrado ayer en un campo de fútbol convertido en un pantano poruna tormenta tropical, los activistas reclamaron por medidas que modifiquenel sistema capitalista mundial y pidiendo principalmente el desmantelamientodel sistema financiero para acabar con la crisis actual.La cumbre del movimiento contra la globalización propuso una batería deacciones de carácter urgente para contener la crisis actual del capitalismo.“Son los ricos los que tienen que pagar los platos rotos, y no los pobres”,aseguraron los asistentes. Entre las ideas que se consensuaron figura eldesmantelamiento de las instituciones de Bre-tton Woods, es decir, el FondoMonetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), considerados pilaresdel actual sistema financiero. También se demandó un compromiso global paraacabar con los paraísos fiscales y la creación de un mecanismo mundial parael control de los mercados financieros, que regule efectivamente los flujosde capital. Además se impuso una condición necesaria para la nuevaarquitectura financiera global: excluir al dólar como moneda de referencia.Asimismo se exigió que las materias primas sean excluidas de los mercados devalores para acabar con la especulación y la creación de fondos regionalesde reservas.En el terreno ambiental se propuso crear tasas internacionales parafinanciar la preservación de lo que llamaron bienes públicos mundiales,entre los que citaron expresamente a la Amazonia.En cuanto a la política, todos los presentes coincidieron en solicitar unareforma inmediata de las Naciones Unidas (ONU), por considerar que sufuncionamiento, en especial el de su Consejo de Seguridad, no esdemocrático. A su vez, los manifestantes antiglobalización condenaron aIsrael por lo que calificaron de “genocidio” en la Franja de Gaza yanunciaron su determinación de llevar a funcionarios y militares israelíesante la Justicia internacional, por lo que identificaron en sus documentoscomo “crímenes de guerra”.Por otra parte pidieron terminar con la OTAN, exigieron el desmantelamientode los arsenales nucleares y también de las bases militares en sueloextranjero, entre las que citaron la de EE.UU. en Manta (Ecuador), y ladevolución de la península de Guantánamo a Cuba.Durante la clausura fue anunciado un calendario de protestas globales, quetendrá su epicentro entre los días 28 de marzo y 4 de abril próximos, semanaen la que se manifestará contra la guerra y el capitalismo, y que incluiráun Día de Solidaridad con Palestina, el 30 de marzo. Asimismo, habrámanifestaciones en el encuentro del G-20 que se realizará en Londres el 2 deabril, ante la Cumbre de las Américas del 17 al 19 abril en Trinidad Tobago,en la cita anual del G-8, a celebrarse en Italia en junio, y en la reuniónde la ONU sobre el clima, prevista para diciembre en Dinamarca. El 12 deoctubre, según la Asamblea de los Movimientos Sociales, será convocada unagran movilización en defensa de la Madre Tierra y los derechos de losindígenas.Según los organizadores, la novena edición del FSM contó con 133 milactivistas y un total de 5808 movimientos sociales de 142 países de todoslos continentes. La enorme mayoría de esos movimientos (4193) fue denaciones sudamericanas, mientras que 491 grupos llegaron desde Europa yotros 489 de África.© 2000-2009 www.pagina12.com.arRepública Argentina

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