viernes, 16 de mayo de 2008

Proyecto Sur se expresa ante la crisis agropecuaria


El conflicto entre los empresarios del campo y el gobierno nacional debe resolverse en los marcos de la unidad nacional y la búsqueda de la felicidad del pueblo argentino y la soberanía nacional

La crisis una oportunidad
Si las crisis constituyen una oportunidad, las ciudadanas y ciudadanos que constituimos Proyecto Sur, planteamos una nueva posibilidad: que el gobierno y los medianos productores modifiquen sus políticas de alianzas a favor de recuperar la renta agraria para el pueblo y la nación, en desmedro de las multinacionales cerealeras, de agrotóxicos y la oligarquía terrateniente.
En ese contexto reafirmamos nuestra defensa del orden institucional legítimo que debemos custodiar de cualquier intento desestabilizador. En esa perspectiva creemos que la lucha que viene desplegándose desde hace dos meses entre "gobierno vs campo", conforma una falsa antinomia alimentada por varias fuentes.

Respecto del gobierno nacional:
1.- Sectores externos, especialmente vinculados al gobierno norteamericano y a la administración Bush en retirada, que apuestan al deterioro de los gobiernos surgidos tras el derrumbe del neoliberalismo en la región latinoamericana. Estos gobiernos han conformado un bloque que cierra, por el momento, las indebidas intromisiones imperiales, y de hecho con sus políticas más o menos autónomas e independientes, generan nuevos caminos de unidad continental y de liberación nacional, inadmisible para los históricos intereses imperiales de sujeción colonial.
2.- Aquellos que desean ver debilitada la administración nacional para lograr ventajas económicas en cualquier negociación sectorial, sea ella legítima u oligárquica.
3.- Quienes desde una posición antipopular y gorila, pretenden la caída del gobierno, pues desean acabar especialmente con el juzgamiento a los genocidas y el fin de la impunidad pues en marcha. Esta cuestión es insoportable para el Establishment desde el momento del retorno a la democracia ya en 1983, pues debatir o investigar el genocidio, implica de alguna manera discutir para qué vino la dictadura y qué políticas implementó, en particular en lo referido a la destrucción de la nación industrial, de la clase trabajadora y la aplicación de políticas fuertemente regresivas de distribución del ingreso. Tanto CRA como la SRA son parte integrante del staff permanente de todas las dictaduras habidas desde 1861 y sus cuadros integraron de manera notable la última de 1976-1983.
4.- La derecha que busca el fracaso de los llamados "populismos" con la finalidad de retomar el control del Estado para retornar al modelo neoliberal sin escalas, reinante durante los años '90.

Sobre los medianos y pequeños productores:
1.- Las grandes empresas exportadoras (multinacionales Cargill-Monsanto, Dreyfus, Bunge y Born, Nidera, ADM, AGD, etc.) que, montados en las justas reivindicaciones de los más débiles, observan la posibilidad de seguir amasando fortunas a costa del hambre del pueblo argentino.
2.- Los pools de siembra (administradores de dinero volcados a la actividad agropecuaria con el único fin de optimizar la renta del capital financiero en el menor tiempo, y sin medir costos sociales o ambientales), entrelazados y asociados totalmente con los grandes terratenientes, conforman un lazo que oprime por igual a los trabajadores del campo, a los pequeños productores, a los cientos de miles de minifundistas y dueños originarios de la tierra, expulsados y expropiados manu-militari por el proceso de sojización, y al pueblo argentino en general, mediante la destrucción de nuestra soberanía alimentaria y la degradación del ecosistema pampeano y extrapampeano.
3.- Los grandes terratenientes nativos o extranjeros, tales como Fortabat, Martínez de Hoz, Bemberg, Born, Benetton, Blaquier, Anchorena, Whertein, Gómez Álzaga, Irsa-Cresud (Soros), Gualtieri, Passaglia, etc. Tan sólo 6900 familias-empresas poseen el 49.7 % de toda la tierra nacional y 930 terratenientes poseen 35 millones de hectáreas. Ellos están representados especialmente por la SRA y CRA Sólo por el arriendo de sus inmensos latifundios a los pools de siembra, recibieron en esta campaña una cifra cercana a los 5.000 millones de dólares. Esto no incluye la ganancia por el uso directo de 'sus tierras', mayoritariamente robadas a la nación y a los pueblos originarios desde 1492 en adelante.
4.- Los arrendatarios de los pools de siembra, que usufructúan enormes superficies (Grobocopatel, Urquía, Reutemann, Britos, etc) quienes depredan y destruyen nuestra soberanía alimentaria, nuestro ecosistema y consolidan un sistema de producción que destruye el trabajo, la pequeña propiedad y la producción de alimentos, generando un campo sin gente, y un ecosistema sin vida, consolidando la posición de argentina como abastecedor de forraje barato para subsidiar la industrialización de China e India y la producción de alimentos baratos en la UE. Lugar neocolonial otorgado por el poder multinacional (USA, UE, OCDE, BM, FMI, OMC, etc.) a nuestro país, luego de la derrota nacional y popular de 1976-1989, que destruyera la nación industrial, tecnológica y científica existente entre 1945 y 1989. De hecho hoy la nación se comporta frente a China de manera similar a como lo fuera cuando éramos 'la Granja Británica' y nuestros terratenientes se ufanaban de que 'éramos parte integrante del imperio británico'. La presencia en la lucha de los empresarios rurales, de fuerzas políticas afines a China repite las peores páginas de la ingerencia colonial en nuestra Patria.
5.- La crisis estructural del campo argentino, iniciada en 1966-1976 y arreciada por la sojización, que ha implicado que de 660.000 productores (en un país que posee 280 millones de hectáreas) existentes en 1970, hoy sólo resten 330.000 y que de ellos 220.000 produzcan agricultura de subsistencia, es decir no producen para la exportación y por ende, están fuera de este reclamo de empresarios rurales que producen de manera capitalista. Ello reduce el área de chacareros-empresarios expresados por las cuatro entidades rurales a apenas 110.000 productores. Crisis que especialmente se manifiesta en la propagación indetenible del monocultivo de soja transgénica forrajera, que ocupa ya más de la mitad del área sembrada y de la producción total de granos, devastando la producción de alimentos y el ecosistema nacional incluida la salud presente y futura de los argentinos. Siendo además, que la misma se destina en un 95% a la exportación casi sin valor agregado alguno. Esto ha llevado a que hoy el campo argentino sea casi un desierto verde sin gente y sin vida, y sólo existan 1.120.00. trabajadores rurales, de los cuales sólo alrededor de 310.000 (es decir menos de un tercio) trabajan en blanco con salarios menores a los 1200 pesos mensuales.

Volver a pensar en Nacional
Creemos así que el contexto del conflicto excede largamente los argumentos primarios esgrimidos de uno y otro lado, entre 'Un gobierno popular que quiere la redistribución del ingreso frente a un campo oligárquico, opulento y avaro' ó 'un campo lleno de productores trabajadores que es esquilmado por un gobierno que desea concentrar poder y se rige por el principio de la chequera'. Tales argumentos conforman una zoncera que lleva a un enfrentamiento sin salida entre un gobierno surgido de la voluntad popular y las franjas del empresariado rural.
Creemos imprescindible encontrar un diálogo que unifique a los sectores populares comprometidos con el destino de la Nación, de tal forma es oportuno discutir y proponer un nuevo modelo rural para la Argentina. Lo decimos pensando en superar las políticas diseñadas por el 'mercado mundial' y el neoliberalismo para nuestra nación, planteándonos una profunda reforma que imponga el criterio de la oferta argentina sobre la demanda extranjera, partiendo de resolver primero las necesidades alimenticias de nuestro pueblo y las materias primas de nuestro desarrollo interno. Sólo mediante una poderosa recuperación industrial, ferroviaria, tecnológica, científica, ganadera, lechera, frutícola, hortícola, forestal, agroindustrial, agro-ecológica, mediante la creación cientos de miles de nuevos productores agropecuarios familiares -quienes naturalmente producirán alimentos destinados al mercado interno y de baja contaminación ambiental- podremos nosotros los argentinos inclinar la balanza en favor de nuestros intereses nacionales y populares estratégicos, con el desarrollo de nuestro mercado interno -es decir nuestro pueblo- como insignia central, abandonando el modelo agro-exportador al que hemos retornado.

En este marco de un nuevo proyecto agropecuario creemos central que el Estado Nacional recupere el control de la exportación de granos y carnes, recuperando los roles y bienes de la antigua Junta Nacional de Granos y de Carnes, garantizando al productor un precio justo, permitiendo en primer lugar el mercado interno e independizando el precio interno de los alimentos de su cotización internacional.

La cuestión agraria –la cuestión de la distribución y apropiación de la tierra- ha sido estructural en la conformación y deformación de la estructura económica argentina y es demasiado importante para dejarla sólo en manos de las entidades del 'campo' y el Poder Ejecutivo Nacional. En su discusión y resolución debe involucrarse el conjunto de la sociedad, con actores que no pueden seguir permaneciendo al margen, como es el caso de los trabajadores rurales, las organizaciones de pequeños campesinos, productores familiares y de pueblos originarios y minifundistas. Pero también debe asumir un rol relevante el Congreso Nacional hasta hoy observador pasivo de este gran drama nacional.

Una agenda democrática de debate agrario
Los principios rectores de una agenda agropecuaria deberían girar alrededor de: Soberanía Alimentaria, Repoblamiento Rural y Nacional, Régimen democrático de tenencia de la tierra, Créditos, estímulos y apoyos a nuevos productores y áreas de colonización rural, Reconstrucción ferroviaria, Autonomía Tecnológica, Producción Sustentable, Agricultura con Agricultores que protejan y conserven el ecosistema, Jerarquización, reorientación y defensa del INTA, Junta Nacional de Granos y Carne, Recuperación de puertos, silos y flota nacionales, creación de Institutos que fomenten la diversificación productiva, defensa de las economías regionales, régimen de subsidios directos e indirectos que protejan las producciones estratégicas, discusión sustancial del sistema impositivo gravando de manera creciente la propiedad de la tierra, reforma impositiva integral liberando de impuestos a la producción de alimentos básicos, fuerte control de los arriendos en base a defender el ecosistema y el trabajo, combate decidido del empleo en negro y las pésimas condiciones laborales inducidas por la sojización y la concentración dela tierra, investigación, reconversión y limitación de la extranjerización de la tierra.

Proyecto Sur está convencido que esta crisis agraria, demuestra la crisis terminal de un modelo agropecuario agotado basado en la sojización, en la penetración incontrolada del capital financiero en el campo y en la brutal concentración de la tierra, crisis que debemos resolver y abordar entre todos. De cara a un nuevo 25 de Mayo pensemos en la reformulación de un Proyecto Nacional de Liberación y Realización que retome el proyecto liminar de nuestros héroes Castelli, Moreno y Belgrano, del cual la cuestión agraria es de una centralidad absoluta y no se lo regalemos casualmente, a sus asesinos y vencedores.

Buenos Aires 15 de mayo de 2008

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