lunes, 4 de octubre de 2010

Toma de Colegios, toma de conciencia, breve reflexión


Pinceladas rápidas

Sacar afuera


Y de eso se trata el camino educativo. “Sacar afuera” lo que ya está en el otro y los otros. No se trata tanto de “poner” adentro, si no de sacar lo que descubrimos juntos. Nunca las definiciones son totalmente descriptivas de lo que queremos decir, pero a veces nos acercan a eso que queremos comunicar. Hemos superado ya el concepto de “educación bancaria”, aquella que presupone al “alumno” como una tabla rasa donde no hay nada y donde el maestro comienza a escribir su texto. Texto que el pasivo sujeto educativo aprenderá de memoria para repetir y estar “apto” para el sistema. Nosotros entendemos aquello que a veces pomposamente se denomina “proceso enseñanza aprendizaje” y que muchos repiten sin entender demasiado. No hay “destinatarios” del proceso, hay “sujetos-activos-críticos”.

Hemos superado aquel “concepto” de educación. No obstante, podemos avanzar un poco más. Podemos hablar de “sacar afuera” desde un lugar determinado. Es decir, nos preguntamos, ¿ese “educere”, tiene las mismas características, o las mismas riquezas según sea su “cultura”, según sea el ethos del sujeto del proceso educativo? O mejor ¿es inocente el “lugar”, el “territorio” que ocupa el educando y el educador? Ya imaginamos que no.

Por eso, desde el lugar-nuestro, queremos hablar de “educación popular-liberadora”. Claro, desde nuestro Sur sur, no nos es indiferente el término “liberación”. Y nos entendemos herederos de una historia de dominación, básicamente centro-europea. Sobran ejemplos. Y desde aquí nos podemos plantear los marcos legales de la educación en la Argentina y las prácticas educativas no formales. ¿En que medida responden a una estrategia liberadora o solo son funcionales a un sistema que necesita “ciudadanos adaptados”? Necesitamos desarrollar una metodología y unos contenidos “liberadores-populares”, que indudablemente será profundamente “críticos”. Lo que a su vez implica unos “objetivos-sueños” liberadores.

Así, educar, del latín ēdŭcāre (emparentado con dūcěre que quiere decir conducir, sacar afuera, criar) será una tarea vivificante, una crianza constante de unos junto a otros. Crianza para la libertad. En territorios de opresión, la tarea es aún más desafiante. Es un desafío “político” en el mejor de los sentidos. No hay neutralidad. Está en juego “el poder popular”. Poder que necesariamente entra en conflicto con otros poderes-intereses. La educación popular tiene un matiz apasionado. Hay una mística en el educador popular.

Por todo esto, y mucho más, entendemos como un signo fuertemente liberador la lucha “estudiantil”. Más allá de las ambigüedades, de las improvisaciones, de las limitaciones, estas “tomas” son en verdad “tomas de conciencia” popular. Y, no es menor que hayan sido jóvenes los que hayan emprendido este combate. Hay que acompañar, hay que profundizar, hay que estar.

Aporte
Nicolas Alessio, de MOVIMIENTO RECUPERAR LO NUESTRO EN PROYECTO SUR

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