domingo, 24 de julio de 2011

Cinco Curas- confesiones silenciadas









Invitamos a estar presentes en esta obra cordobesa que, seguramente, dará que hablar

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi poco entender, me parece que se ha incurrido en un error, los autores del libro que se comentan no son curas, es decir lo fueron, por ello no puede llamarselos "curas rebeldes" puesto que se encuentran alejados de la iglesia,teniendo en cuenta ese pequeño detalle, no se estan comprometiendo, están solo revelando lo que supieron y callaron

Anónimo dijo...

Son curas y lo serán hasta que mueran, porque para la Iglesia Católica el sacramento sacerdotal no puede disolverse.

MRLN dijo...

No importa si son curas o dejaron de serlo, lo jodido es no asumir el dolor que debieron atravesar estas personas por sostener la misión de estar junto al pueblo oprimido.
El secuestro que las Iglesias hacen de los bienes mas preciados que tenemos como humanos: la libertad, el amor, la expresión de las ideas y el derecho a decidir por la propia vida

Anónimo dijo...

Curas hasta la muerte? Son seres humanos, la investidura es adquirida, por vocación, por convicción, y a veces por inculcación, pero una vez que no se siente, ya se deja de ser lo que parece y la espiritualidad de tal investidura no se puede forzar, SE ES LO QUE SE SIENTE.

Anónimo dijo...

Viene del anterior -Respecto a la Iglesia debemos respetarla, quienes creemos profundamente en Dios y que es el hacedor del milagro de vivir, no podemos dejarnos engañar por detractores, no es la Institución, son algunos hombres y mujeres que parapetados tras su investidura se han aprovechado del poder y de la indulgencia de la gente, esos son los culpables que mantenidos por el poder político e intereses individuales han empañado la alegría y el respeto que da la fe en Dios. continua

Anónimo dijo...

viene del anterior. Y con respecto a los autores del libro que nos ha convocado, no los conozco, pero no me consta que hayan padecido, solo me consta que la única víctima siempre es y será el pueblo y a ese pueblo es a quienes no escucha nadie, y ese pueblo oprimido no puede ni tiene para escribir libros.