martes, 16 de febrero de 2010

Editorial Horizonte Sur, Ahora a la Intemperie

miércoles 10 de febrero de 2010

EDITORIAL DE HORIZONTE SUR, AHORA A LA INTEMPERIE, DEBIDO A LA DISCRECIONALIDAD DE LOS NUEVOS CENSORES EN LA RADIO PÚBLICA
UN VERANO QUE, SEGURAMENTE, HABRÁ DE SER DIFÍCIL DE OLVIDAR…

Este verano probablemente será inolvidable para muchos, y no solamente por las altas temperaturas, que convirtieron a las ciudades argentinas, como consecuencia de la falta de espacios verdes, de planes de arbolado urbano y en especial por la demencial acumulación de torres de cemento y de calles asfaltadas, en verdaderos hornos, donde la vida se hace sumamente hostil. También se hará inolvidable este verano por causa de las luchas intestinas del poder político, confrontaciones, renuncias de altos funcionarios, conspiraciones supuestas y amenazas que acentúan un clima inhóspito y sin sosiego para el común de los argentinos. En verdad, resulta cada vez más difícil sustraerse a las rencillas en el más alto nivel político, sino por la indiferencia y por una creciente desconexión. En el episodio Redrado que vivimos en estos comienzos del año se repite, lo ocurrido durante la propuesta de la 125 y la llamada crisis del campo. De nuevo el país se divide a partir de los conflictos internos del gobierno, de nuevo resultan incomprensibles al común las razones profundas del problema y otra vez, las lógicas de la confrontación se imponen, por sobre todo otro pensamiento y en especial, por sobre toda estrategia que asegure un destino común. Como si estuviésemos en una puesta en escena reiterada, el coro de intelectuales asalariados aporta rápidamente sus elaborados discursos para probar la existencia de operaciones destituyentes, y los inculpados, en vez de hacer lo necesario para demostrar la inconsistencia de las acusaciones, hacen lo posible para ser funcionales a una lógica binaria que pareciera concertada por ambos contendientes en algún nivel esotérico del drama político argentino. La situación adquiere ribetes de verdadero escándalo e irrealidad, cuando después que la propia Presidente, absolutamente ignorante de la lucha llevada durante años por Alejandro Olmos, afirma con suficiencia, que la Deuda Externa devino legítima, simplemente porque el primer gobierno democrático no fue capaz de denunciarla, la audiencia de leales y sofistas que la escucha, vocea tramposamente: ¡Patria sí, Colonia no! Mientras tanto y porque en este baile de máscaras en que se ha convertido la política nativa, cada uno hace su juego, el ex Presidente Duhalde, que busca su lugar a cualquier precio bajo el sol de los medios, aporta lo suyo reclamando el dislate de la reconciliación con los militares y afirmando que la continuación de los juicios humilla a las Fuerzas Armadas... Rápidamente los progresistas defensores de los derechos humanos del pasado, se desgarran las vestiduras ante semejante sacrílega propuesta, y de esa manera el circo está completo, y requiere un gran esfuerzo sustraerse a la tentación de no tomar partido por unos o por otros…

Nos preguntamos, ¿qué ocultan y qué exhiben estos escenarios concertados y repetidos de confrontación? En primer lugar, exponen una clara y común extracción social de los participantes en el juego, ellos constituyen una minoría de privilegiados que se reciclan y reproducen como una metástasis sobre la carne adolorida del país, aprovechando una dictadura de iguales basada en el simulacro y en los discursos tramposos. Progresistas y neoliberales, son dos caras de un Jano que tiene los mismos propósitos: los de perpetuarse en el Poder de una Argentina derrotada por las estrategias y acciones que ellos mismos implementaron en los años pasados. Una Democracia de baja intensidad al estilo de la política partidaria en la Argentina, tal como la que nos han impuesto, implica una formidable exclusión social de los sectores castigados por el modelo, y una enorme complicidad de todos los que participan, en ocultar las causas de la pobreza y en disputar tan solo sobre los posibles modos de remediarla... Es decir, en cómo poder participar en la industria de la asistencia social que ha generado la pobreza… En esto no existe inocencia por parte de quienes pugnan por espacios de poder y tanto los grupos de izquierda como los dirigentes sindicales, son absolutamente cómplices de un sistema basado en el más puro asistencialismo.

Preguntémonos: de qué no se habla en la Argentina, y tendremos la respuesta a tanta angustia y la salida a tanta pasión desmedida instalada en lo meramente coyuntural y episódico. No se habla tal como ya dijimos, de cómo resolver el tema de la pobreza sino por métodos asistenciales y por un creciente control social que impida nuevos estallidos. En eso existe una generalizada red de complicidades. De hecho todas las estrategias del PJ están claramente diseñadas para evitar el desborde y anticiparse con asistencialismo a los conflictos eventuales. En las reuniones partidarias los barones del conurbano, ni siquiera tienen empacho en confesar que en eso han convertido al Movimiento Peronista: en un instrumento de control social. Tampoco se habla del modelo de dependencia que ha generado esa pobreza y en todo caso se discute el cómo y el cuánto de la participación en las rentas, que ese modelo proporciona a los administradores. Más concretamente, no se habla de la sojización y de los agronegocios, a los que se ha naturalizado como destino argentino. Menos aún, se habla del modelo agro exportador que se impuso una vez más, en el 83 con la Democracia, como consecuencia de la necesidad de procurar divisas para pagar los intereses de la deuda, así como de la necesidad europea primero, y luego de China, de tener crecientes cantidades de forrajes para producir carnes en encierro. Una cerrada concepción urbana de la vida, se niega de manera porfiada a considerar que la Argentina continúe sometida a un modelo de dependencia neocolonial de exportación de comodities y de bienes naturales. Esa mirada se obstina, asimismo, en ignorar los daños extendidos que el proceso de sojización ha producido en los ecosistemas. Y cuando la devastación de los paisajes y la emigración masiva de las poblaciones rurales a los conurbanos de pobreza, resultan datos relevantes de la Argentina actual, para cualquier observador extranjero, miles de intelectuales supuestamente preocupados por lo nacional, son absolutamente indiferentes a esas situaciones y por lo contrario, han devenido empecinados detractores de quienes las develamos.

Han convertido al mundo en el patio de los objetos, patio en que las antiguas sacralidades hoy se reemplazan por el departamento, el lavarropas, el vehículo propio, las bolsas con dinero en el baño de algún ministro, las armas de la policía eléctricas o de las otras, o acaso el tráfico especulativo en dólares desde altas funciones de gobierno. Han transformado a los objetos en sus nuevos dioses y ello ha conducido a estos sectores medios y a quienes los expresan políticamente, a devenir en una caricatura del hombre blanco de los siglos anteriores. Son de esa manera, furiosamente modernizantes, partidarios de las tecnologías de punta, creyentes confesos en todo crecimiento y amantes de la idea de progreso sin atenuantes. En ese modo obstinado de dar la espalda a todo lo rural, todo aquello que tenga que ver con la naturaleza o con la vida, incomoda y debe ser rechazado o desnaturalizado. La soja a la que por años han respaldado como monocultivo excluyente e ignorado como causa de la dependencia nacional, pasa de pronto en los discursos a ser el yuyito del que se ríen con nerviosismo, como si no supieran de qué se trata… la carne porcina, que es el eslabón siguiente en las nuevas cadenas agro alimentarias de producciones globales de carnes en encierro con balanceados transgénicos y de la cual no han hecho sino elevar el piso de madres hasta desplazar a todo pequeño y mediano productor, para dejarle el mercado a las corporaciones, pasa a convertirse en palabras de nuestra presidente, en algo mejor que el Viagra, por sus supuestos efectos estimulantes. Pareciera que referirse a la Naturaleza o a la comida, los coarta y hasta perturba, de tal modo que tienen que apelar al humor o a las parodias, para referirse a ello. Tal vez les ocurra lo mismo con todo aquello que tiene que ver con lo primordial de lo humano. Cualquier propuesta de simplificar la vida actual o hacer más racional el consumo de energías será vista por ellos como volver a las cavernas… Es evidente que subyacen en esa expresión disparatada, terrores profundos no elaborados que son incapaces de enfrentar. Cuando la Presidente habla de los fedlots o corrales de engorde, esos infiernos dantescos donde se hacinan decenas de miles de bovinos alimentados con balanceados del modo más antinatural, refiere a una ganadería con tecnologías incorporadas…¿? Como si el hecho de consumir la cama de pollos y otras basuras además de vivir en chiqueros hediondos y patogénicos, pudiera añadirle a la carne alguna ventaja que no tuviera la que antes disponía nuestro país, considerada la mejor carne del mundo, producida por animales que caminaban y pastaban libremente en grandes extensiones. Alguna vez escuché algo parecido por parte de la actual funcionaria Adriana Puigrós. Siendo Secretaría del área científica del Gobierno de Menem, en una reunión de las Naciones Unidas para la cultura refirió a las semillas genéticamente modificadas como “semillas con tecnologías incorporadas”, como si no se atreviera a pronunciar la palabra transgénicos ni a enfrentar el misterio profundo de la seminalidad… Supongo que perfectamente, esta clase intelectual, podría asimismo, definir a la cesárea como un parto con tecnología incorporada…Y continuando este razonamiento que nos conduce directamente a la irracionalidad, tendríamos que, un bebé de receta, en que se realiza una selección genética del óvulo, sería para el común de estos progresistas, un humano con tecnología incorporada… El drama de estos sectores medios es existencial, abandonaron o rechazaron a los antiguos dioses tutelares de la América profunda, para rendir idolatría a las tecnologías de punta, las góndolas y las fechas de vencimiento. Ellos expresan los extravíos de un sector social que alguna vez llegó a confundir la lucha armada con la revolución y que en los últimos tiempos ha confesado por boca de Horacio Verbitsky que, en la búsqueda de articular frentes populares para el crecimiento, cometió el burdo error de confundir a las empresas transnacionalizadas con la burguesía nacional. En un periplo que va de Marx y Lenín a Marta Hannecker, han perdido de manera creciente el sentido común y se hunden sin remedio en el mayor de los ridículos.

Lamentablemente, no todo es circo, tembladeral y simulacro. Por debajo de las penosas operatorias políticas y de las más penosas todavía, distracciones colectivas, continúan operando las Corporaciones transnacionales y continúa profundizándose el destino impuesto a nuestros países, de ser los enclaves de producciones necesarias a las grandes metrópolis. En los primeros días del mes de Febrero se realizó en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, un Simposio sobre presunta Agricultura Sustentable, suelos, Biotecnología y Agrocombustibles, simposio en que la presencia argentina y especialmente de altos directivos del INTA, conformaron el corazón de un encuentro que apuntó a fortalecer las estrategias de neocolonización corporativa en América del Sur. http://www.elmundo.com.bo/Secundarianew.asp?edicion=24/01/2010&Tipo=Economia&Cod=9853

Una vez más, debemos repetir algo que hemos venido afirmando en forma reiterada a lo largo de tantos cientos de Editoriales de Horizonte Sur: el corazón de este modelo neocolonial es el Agronegocio y la Biotecnología. Quienes lo expresan, quienes lo generaron y lo alientan, son quienes continúan fijando las pautas de la dependencia y la relación con las corporaciones, y ello mucho más allá de las disputas menores y ocasionales que puedan, como en el caso de Reutemann, de Binner o de Clarín, tener con el Gobierno. El corazón del proyecto neocolonial está por lo demás, fuertemente implantado en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en el INTA, en el SENASA y en el Ministerio de Agricultura. El resto del Estado administrador y del circo partidario, es la comparsa cómplice que aprovecha o que administra, los que hacen el trabajo sucio de contener la pobreza y el desempleo, los que deben organizar e implementar la represión para las situaciones extremas, y los intelectuales que deben ocultar con discursos y falsos decorados, las dos situaciones más extremas que a decir de mi amigo, el Dr. Antonio Mitre en una comunicación privada desde Córdoba, nos configuran y definen: …”una Argentina colonizada, decadente y sometida, que arrastra dos asuntos pendientes, asuntos que no tienen prensa, que se ocultan, que muchos prefieren ignorar y que son en gran parte causa de los problemas enumerados, la “deuda externa perpetua”, que esteriliza los mejores esfuerzos de nuestro pueblo, que nos hace “vivir pagando para morir debiendo” y el “cerco” geopolítico que los ingleses nos tienden por el sur ( que no es inocuo solo porque nosotros miremos para otro lado) . Ambos actúan como un cepo o mejor como una pinza que nos tiene agarrados de las “pelotas”, una pinza que acota severamente nuestra capacidad de decisión soberana y la autonomía del estado nacional (o lo que de él queda)”.

Decir las cosas que hemos dicho desde Horizonte Sur en la Radio pública a lo largo de más de cinco años no ha sido fácil ni tampoco ha sido regalado ni gracioso, hemos dicho sistemáticamente aquello que no debía decirse en el orden colonial naturalizado, hemos develado lo que no querían ver o no deseaban que otros vieran. Nuestra lucha era por el esclarecimiento de la conciencia de quienes nos escuchaban y en eso hemos ganado, no importa lo que ahora hagan de Horizonte Sur. Ellos nos han combatido cuanto pudieron y trataron de apagar nuestras voces de manera reiterada sin lograrlo, gracias al apoyo incondicional de los oyentes. Ahora que han entregado el poder de los medios a una banda de la izquierda cipaya, han hallado instrumentos más eficaces en el manejo discrecional de las decisiones y en las prácticas del poder desnudo. Sí, nos han dado de baja de la Radio Pública, y también por eso será inolvidable este verano del 2010. Pero son muchos los que, en estos años, han abierto los ojos a la verdad de la situación colonial y confiamos en que continúen el camino que aprendimos juntos. Vivimos en una Argentina colonial y aspiramos a recuperar una Patria para todos, una patria con Proyecto Nacional, con un modelo productivo amigable con la naturaleza y respetuoso de los ecosistemas, una patria con Soberanía Alimentaria y Justicia Social que considere como prioritario lograr la felicidad del pueblo argentino. Aunque ahora seamos censurados y se nos quiten los micrófonos de Radio Nacional, aunque se implante en los medios del Estado el pensamiento único, la fuerza de la verdad triunfará, triunfará más tarde o más temprano. Aunque lo intenten con la peor mala fe, ellos no pueden rescribir nuestra historia. En el año 1972 Perón, en su Mensaje a los Pueblos del mundo, ya anticipó esta época que ahora vivimos y las tareas que debíamos llevar adelante:

”Es urgente una revolución mental en los hombres, especialmente en los dirigentes de los países mas altamente industrializados; una modificación de las estructuras sociales y productivas en todo el mundo, en particular en los países de alta tecnología donde rige la economía de mercado, y el surgimiento de una convivencia biológica dentro de la humanidad y entre la humanidad y el resto de la naturaleza…Esa revolución mental implica comprender que el hombre no puede reemplazar a la naturaleza en el mantenimiento de un adecuado ciclo biológico general; que la tecnología es un arma de doble filo, que el llamado progreso debe tener un límite y que incluso habrá que renunciar a algunas “comodidades” que nos ha brindado la civilización; que la naturaleza debe ser restaurada en todo lo posible; que los recursos naturales resultan aceptables y por lo tanto deben ser cuidados y racionalmente utilizados por el hombre”… Lo dijo Perón hace 38 años, y su pensamiento mantiene total vigencia. Eso es lo que hoy nos proponemos, esas sabias palabras dan lugar a la lucha que llevamos y que no abandonaremos…
Publicado por Conducción y Producción: Jorge Eduardo Rulli, Bernardo Elffman, Wanda Galeotti y el Grupo de Reflexión en 00:48 0 comentarios
Etiquetas: Alejandro Olmos, Carta Abierta, Deuda Externa, Redrado, sojización
domingo 7 de febrero de 2010
NOS CONVOCAMOS A GUAPACHOZA EL JUEVES 11 A PARTIR DE LAS 17 HORAS
"Seguramente, tienen un curioso concepto de lo que es la libertad de prensa que para nosotros es escuchar todas las voces, poder expresarse libremente, que ninguno sea censurado"... Esto fue lo que dijo la Presidente, cuando creyó haber sido censurada por Clarín... Mientras tanto, el Programa Horizonte Sur en la Radio del Estado había sido ferozmente censurado, tan sólo porque la conducción política de la Radio, tanto María Seoane como Vicente Muleiro, están dispuestos a implantar el pensamiento único en la Radio Pública, porque pretenden instalar en ella un discurso monotemático y oficialista, porque odian lo que no comprenden y porque aborrecen todo aquello que convoca a comprender el drama ecológico de la existencia humana. Lamentablemente, son irremediablemente autoritarios, leninistas y estalinistas, chupamedias, progresistas a ultranza y modernizantes tardíos. Sabemos que no tienen remedio alguno, lo que nosotros aspiramos es a tener una respuesta política por parte del Gobierno y de las Instituciones de la República, frente a nuestros derechos menoscabado por el ejercicio de prácticas de Poder desnudo en ámbitos del Estado, y saber por qué razón los criterios sobre libertad de prensa que se le reclaman a Clarín desde la Presidencia, se desconocen en la Radio del Estado, devenida gradualmente en una radio oficialista y propia de una tribuna partidaria.

Para enfrentar la injusticia y para mantener la lucha que llevamos en la nueva y difícil época que enfrentamos en esta año 2010, nos estamos convocando el Jueves próximo once de febrero al Centro Cultural Guapachoza en Jean Jaurés 715 a las 17 horas. Los esperamos.
Publicado por Conducción y Producción: Jorge Eduardo Rulli, Bernardo Elffman, Wanda Galeotti y el Grupo de Reflexión en 03:30 1 comentarios
miércoles 3 de febrero de 2010
SE NOS DA DE BAJA EN RADIO NACIONAL PORQUE SOMOS IRRECUPERABLES...
AYER POR LA TARDE MARTES 2 DE FEBRERO, RECIBIMOS UNA LLAMADA TELEFONICA DE QUIEN SE IDENTIFICO COMO VICENTE MULEIRO, VICEDIRECTOR DE RADIO NACIONAL, PARA DECIRNOS QUE HABIA ESCUCHADO EL PROGRAMA DEL 31 DE ENERO CUIDADOSAMENTE, QUE NOS QUERIA DECIR QUE MUCHA GENTE LES HABIA ACONSEJADO BAJARNOS DIRECTAMENTE, QUE ELLOS HABIAN HECHO UNA EXCEPCION GENEROSA AL CAMBIARNOS EL HORARIO DE LAS ONCE A LAS SIETE DE LA MAÑANA, PERO QUE NOSOTROS CONTINUABAMOS CON LA MISMA ACTITUD CRITICA PARA LA CONDUCCION DE RADIO NACIONAL, QUE NO ERAMOS CAPACES DE RECONOCER LA OPORTUNIDAD QUE NOS DABAN, QUE EN DEFINITIVA, ME LLAMABA PARA DECIRNOS QUE EL ULTIMO PROGRAMA HABIA SIDO EL ULTIMO PROGRAMA.
Publicado por Conducción y Producción: Jorge Eduardo Rulli, Bernardo Elffman, Wanda Galeotti y el Grupo de Reflexión en 02:36 12 comentarios
lunes 1 de febrero de 2010
EDITORIAL DEL DOMINGO 31 DE ENERO DE 2010
En los años cincuenta y en una época que no se parece a la de hoy, el genial Discepolín, inmortalizó desde su programa de radio a un personaje emblemático que llamó “Mordisquito” y que refería y caricaturizaba a un opositor clásico del Gobierno popular. “Mordisquito” mostró a un personaje lamentablemente bastante común en aquella época y en los sectores medios, alguien descreído de toda propuesta que fuera más allá de su limitado entendimiento, disconforme con todo aquello que no significara una ventaja para su persona o para los suyos, escéptico de la política y de los sueños colectivos, encerrado siempre en una lógica egoísta que, en el colmo de la sinrazón, lo conducía a que, en medio de la recuperada felicidad del Pueblo, se preocupara por cuestiones banales, a veces tan irrisorias como aquella en que Discepolín se ensañara con su terrible y ácido humor: “tenés de todo, pero resulta que te falta Té de Ceilán, siempre tomaste mate cocido, pero ahora que el Pueblo está feliz y contento con su Gobierno, a vos te falta el Té de Ceilán…”

Muchos de los hijos del emblemático “contrera” al que Discepolín, desde su programa radial, pusiera el nombre de “Mordisquito”, ese personaje que embanderara su auto y sus balcones en septiembre del 55 festejando la caída del que denominara “el tirano prófugo”, muchos de sus hijos, en los años sesenta se deslumbraron con la Revolución Cubana. Muchos de ellos, asimismo, por la vía del castrismo y demostrando una vez más que la línea recta no es el modo humano más usual de unir dos puntos, al menos en la historia, en los años setenta hicieron una opción por la lucha armada, porque estaban convencidos que era el modo de reproducir aquella revolución en la Argentina. La herencia de odio e incomprensión social, que habían vivido en sus casas de pequeños, les impedía abrazar la causa del movimiento popular desde los sentimientos y sólo pudieron hacerlo, en todo caso, desde el razonamiento y protegiéndose en sucesivos cuestionamientos y en una corporación de iguales, tal como fueran las organizaciones revolucionarias de la época.

Esas organizaciones, consciente e inconscientemente y en la búsqueda de una confrontación definitiva con el enemigo a la vez que socavando al gobierno electo, favorecieron el golpe militar de marzo del 76. Pese a ello y sin ninguna autocrítica de por medio, muchos de ellos, hoy se encuentran en importantes puestos de gobierno y no solamente deciden sobre nuestra suerte, sino que además, pretenden paradójicamente, ser los herederos de aquellas políticas, a las que cientos de miles de “mordisquitos” se opusieron en su momento, y a las que ellos mismos sabotearon más tarde, cuestionando de una manera tal vez mucho más sofisticada y con violencia, que no hubiese suficiente Té de Ceilán… Ahora en cambio, sobra Té de Ceilán, así como autos cero kilómetros, pero para el pueblo raso hay solamente subsidios, planes, bolsas de alimento y encuadramiento forzado en los partidos clientelares y en las organizaciones sociales para poder sobrevivir… pero lo que no hay, es participación ni reconocimiento de la propia dignidad. En esta dictadura de iguales en que los progresistas y neoliberales se enfrentan entre sí con sus propios códigos y lenguajes como en un torneo de izquierdas y derechas emparentadas, el pueblo es sólo una masa que se alquila para las escenografías y torneos de los sectores medios. Existen los derechos, como concesiones graciosas que se conceden desde el Poder, lo que no existe es el poder de poder participar y de ser parte en las decisiones y especialmente de poder decidir qué tipo de país se construye entre todos…

Esos sectores medios pelean sus pedazos de la torta de las retenciones y de las inversiones sociales, juegan de intermediarios de la Deuda Externa, son administradores privilegiados de la cosa pública, luchan entre sí denodadamente por hacerse del poder de ser gestores y e intermediarios con las Corporaciones, pero ninguno de ellos pone en cuestionamiento la calidad neocolonial de una Argentina ecológicamente aplastada bajo más de veinte millones de hectáreas de monocultivos, una Argentina condenada a un modelo de agro exportación y a un rol de país productor de aceites y de piensos, de agro combustibles para los automotores europeos y asimismo, al infame papel de ejercer con su propia población, como laboratorio de prueba de organismos genéticamente modificados.

Alguna vez, en 1895, al preguntársele a Paul Valery, qué perduraba de Leonardo Da Vinci, dijo: “Lo que perdura de un hombre son los sueños que su nombre inspira y las obras que hacen de ese nombre un signo de admiración, de odio o de indiferencia. Si ese hombre sobresale en todos los géneros, el esfuerzo es tanto más grande para captarlo en toda su unidad”. Si acaso extendemos el razonamiento del poeta al caso argentino, comprenderemos algunas de las razones por las que Perón sigue siendo una piedra en el zapato de todos aquellos que pretenden construir con el Pueblo argentino una historia diferente, diferente a los legados y a las prácticas plebeyas, insurgentes y contestatarias que siempre caracterizaron a nuestro Pueblo. Ellos tratan de construir una historia propia y acorde a sus intereses mezquinos de sectores medios, sectores que, como aquel “Mordisquito” de los años cincuenta, continúan anteponiendo lo individual a lo colectivo, a la vez que, creyendo en el progreso y rindiéndole culto al Crecimiento y a las tecnologías. La obstinada tarea de zapa de ciertos filósofos y escritores que nos abruman con su presencia y sus discursos en los medios oficiales u oficialistas, las caricaturas sarcásticas e irreverentes que apuntan al corazón de la memoria y de los sentimientos, los elaborados discursos de los intelectuales corporativos que buscan naturalizar la dependencia neocolonial y distraer sobre las opciones superficiales y aleatorias a las que penosamente confunden con las opciones de Patria o de Colonia…

En esos escenarios de confusiones alimentadas para que el común no pueda tomar jamás la iniciativa, en esos paisajes desolados de la política sometida al chantaje constante del pensamiento, en que el ejercicio de la crítica o del disenso se equipara con la traición, hemos tenido que actuar y predicar a lo largo de los últimos años. No hemos dejado de hacerlo nunca a pesar de innumerables obstáculos ni hemos dejado de usar el arma más importante con que contamos, que es la palabra. Nuestros documentos y los Editoriales son prueba cabal de una constancia y de una línea de conducta que puede no ser aceptada por diversos motivos, pero que merece respeto. Hemos practicado el ejercicio del análisis político, e inevitablemente también, y en forma reiterada, el de la anticipación de las crisis y de los acontecimientos, no porque fuésemos adivinos sino simplemente porque usamos el sentido común, y porque nos obligamos a estudiar y comprender los nuevos problemas que conlleva la Globalización. Se trataba tan sólo de tener un ojo detrás del propio ojo y un oído detrás del propio oído. No fue difícil acostumbrarse a cultivar otras miradas, vinculando lo que habitualmente no se vinculaba, y acostumbrándose a pensar desde los viejos oficios del vivir cotidiano. En todo caso estábamos recogiendo la herencia de Rodolfo Kusch y de Ignacio Lewkowicz al tratar de arraigar el pensamiento. Lo más difícil en todo caso fue siempre la soledad y la incomprensión… Alguna vez en estos trajines, recuerdo que nos dieron de baja un Seminario sobre Ecología política en la UBA, porque arguyeron en el Consejo académico de la Facultad, que constituía casi un escándalo, que un experto en batatas pretendiera hacer filosofía… Supongo que las mismas personas que piensan de esa manera podrían perfectamente pagar los altos costos de un curso de Feinman sobre el peronismo…un peronismo con el que el filósofo convivió de manera instrumental y al que desde el grupo corporativo al que perteneció, trató de darle desde adentro una conducción a pesar de no haber sido nunca peronista ni haberlo comprendido. Esas mismas personas supongo que no se escandalizarían asimismo, de que en medio de la crisis del campo y con medio país bloqueado por piquetes, el director de la Biblioteca Nacional consultara al presidente acerca de su opinión sobre John William Cooke… Esta democracia de baja intensidad es sin lugar a dudas una dictadura de iguales…

Desde hace más de cinco años, en que, durante el Estado de gracia, Mona Moncalvillo tuvo el gesto de ofrecernos un espacio en la Radio Nacional, nos hemos esforzado por hacer de Horizonte Sur un lugar donde poner en práctica esa otra mirada, en tanto que les hicimos un lugar o muchos que no tenían dónde expresar aquellas reivindicaciones que por ser socio ambientales difícilmente tenían espacios en los medios. Fuimos de esa manera comunicadores, pero no fuimos nunca la voz de los sin voz, considerando que cada quien debe aprender a usar ese instrumento fundamental que es la palabra y que nosotros ejercíamos, siempre con altura y convocando a compartir los razonamientos y en especial los sentimientos que los suscitaban. Tuvimos mucha audiencia, pero también nos ganamos enemigos. No podía ser de otra manera, la tarea que nos habíamos dado no era menor. No nos proponíamos tal como intentáramos en otras vidas, cortar los nudos que atan la política argentina, que esa ha sido y sigue siendo tarea de muchos que a la larga o a la corta terminan atándonos con nuevos y más terribles lazos. Nosotros en cambio, nos propusimos desatar esos nudos, desenmarañarlos, encontrar el modo de que supiéramos juntos desenredar esas madejas inextricables de la vida política argentina. Estábamos convencidos que los nudos contienen secretos que conviene descubrir, al menos para no volver a ser atados o enredarse en ellos.

Proponernos y llevar adelante esa tarea, no fue sencillo, y además de un aprendizaje, constituyó para nosotros el ejercicio de revivir la militancia política como puro acto de servicio. Porque debemos aclarar que nunca se nos pagó en la radio pública por hacer este programa. Muchas veces callamos con pudor cuando algunos mordisquitos indignados por nuestra heterodoxia política, nos reprocharon con dureza, que sus dineros se gastaran en sueldos para gentes como nosotros... Ahora queremos tranquilizarlos, jamás en más de cinco años cobramos el más mínimo estipendio de la Radio Nacional. Qué ello no es lo normal en el sistema de medios? Que fuimos claro objeto de discriminación debido a las posiciones que sosteníamos? Que cada uno saque sus propias conclusiones. Nosotros fuimos leales siempre a los oyentes y a nosotros mismos. En un par de ocasiones memorables nos anunciaron que nos bajaban el programa y esas decisiones no pudieron materializarse, debido a la reacción extendida y masiva de los oyentes que, con sus llamados y protestas hicieron colapsar las comunicaciones de Radio Nacional. Asimismo, contamos en ambas oportunidades, con la destacada solidaridad de muchos que no aún no acordando con nuestros pensamientos, desde posiciones importantes de la vida pública, se manifestaron abiertamente contra los intentos de censura.

Y continuamos desde entonces, en Radio Nacional, en una Argentina donde uno se enferma de vergüenza ajena y donde el oportunismo y el chupamedismo bien rentado se han convertido en norma generalizada. Ahora, estamos lamentablemente de nuevo y como Horizonte Sur, enfrentando situaciones límites. En realidad este es en cierto sentido nuestro último programa con ustedes que nos están escuchando. El programa a partir de febrero y por decisión de la conducción de Radio Nacional que constituyen María Seoane y Vicente Muleiro, cambiará de horario. A partir del próximo domingo saldremos al aire de siete a ocho de la mañana, antes de la misa dominical. Somos conscientes que, en buena medida, seremos como el pez al que le quitaron el agua, no nos han dado de baja, pero al sacarnos de la franja horaria aceptable para el común de audiencia que hemos generado a través de estos últimos años, nos habrán dejado sin oyentes. O al menos eso es lo que probablemente piensan y será nuestra tarea demostrarles que una vez más se equivocaron y que podremos responder a los nuevos desafíos. Sin lugar a dudas será una etapa nueva y difícil. Deberemos aprender a generar nuevos y diversos diálogos, habremos de trabajar seguramente, más con la página Web del programa y con las grabaciones, nos esforzaremos por salir al aire en las tantas FM amigas con las que contamos… pero por sobre todo, no desfalleceremos, ni dejaremos de cumplir el deber que nos hemos impuesto hace ya muchos años. Gracias a todos por habernos acompañado hasta este momento de finales de enero del 2010, sabemos que ahora estarán pensando qué hacer, cómo continuar esta relación por encima de la iniquidad y del disfavor. También nosotros lo estamos pensando y estamos seguros que juntos habremos de encontrar el camino, además de encontrarnos en el camino. Un fuerte abrazo.

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